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Símil o Comparación

Destaca el parecido o comunidad de elementos de una cosa con otra, incluyendo la particula como, cual o tal, o bien utilizando el verbo parecer o el adverbio así. Es un recurso más elemental y primitivo que la metáfora, según el poeta expresionista Gotfried Behn, y se puede encontrar con frecuencia en las epopeyas clásicas de Homero, Virgilio, en la Biblia y en poemas didácticos como el De rerum natura de Lucrecio o la Divina comedia de Dante Alighieri. Por su primitivismo, lo usa con frecuencia la poesía popular o popularizante:

El que nace pobretón
tiene suerte de carnero:
o se muere a lo primero,
o, si no lo hace, es cabrón.
Félix Mejía

Hay algunos que son como los olivos, que sólo a palos dan fruto. Félix Mejía.

La eficacia del símil depende de su precisión y originalidad:

Cual gusano que va de sí tejiendo
su cárcel y su eterna sepultura,
así me enredo yo en mi pensamiento…
Diego de Silva, Conde de Salinas.

Busca, pues, el sosiego dulce y caro
como en la oscura noche del Egeo
busca el piloto el eminente Faro…
Alonso Fernández de Andrada.

El arte del símil que desarrolla Andrada deriva de la peligrosidad y atención que supone la navegación nocturna por un mar como el Egeo, donde la abundancia de islas y escollos es proverbial, y de la identificación del faro con el faro de Alejandría, y por lo tanto con la sabiduría.

Los símiles pueden ser reversibles (como muchos de los de Aleixandre: espadas como labios = labios como espadas) o graduados (la gramática admite tres grados de comparación: de inferioridad, igualdad y superioridad) y pueden hallarse asociados a otros recursos retóricos como el exemplum, la alegoría, la alusión o la antonomasia.