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Oxímoron

Del griego oxymoron, figura retórica que une en un solo sintagma dos palabras de significado opuesto:

Que tiernamente hieres (San Juan de la Cruz)

La música callada (San Juan de la Cruz)

Sosiega un poco, airado temeroso
humilde vencedor, niño gigante
cobarde matador, firme inconstante
traidor leal, rendido vitorioso.

Déjame en paz, pacífico furioso,
villano hidalgo, tímido arrogante,
cuerdo loco, filósofo ignorante,
ciego lince, seguro cauteloso…
Lope de Vega, Rimas, LXXIX

Entiendo lo que me basta
y solamente no entiendo
cómo se sufre a sí mismo
un ignorante soberbio...
Lope de Vega.

Es hielo abrasador, es fuego helado F. de Quevedo.

Lo fugitivo permanece y dura. F. de Quevedo.

Y mientras con gentil descortesía
mueve el viento la hebra voladora…
Luis de Góngora

Los gnósticos hablaron de una luz oscura J.L. Borges

Mis libros están llenos de vacíos A. Monterroso

Todo iba como una seda para aquella feroz hormiga, cuando de súbito le afligió el cielo con tremenda desgracia… B. Pérez Galdós, Torquemada en la hoguera.

Jorge Luis Borges escribía cuentos en los que la estructura misma y el estilo era un puro oxímoron, traspuesto incluso en los títulos: Historia de la eternidad, El milagro secreto, El impostor inverosímil Tom Castro, El Incivil Maestro de Ceremonias Kotsuké no Suké, El Asesino Desinteresado Bill Harrigan, El Atroz Redentor Lazarus Morell…

Existen también formas del oxímoron que se relacionan con el contexto pragmático de la lengua y con el teatro de forma que se crea el efecto estilístico de la ironía. Esto ocurriría cuando un término suave o cortés se contrapone a una acción violenta de naturaleza extralingüística, como señala Fernando Sorrentino en “El oxímoron en acción”, Literalia, núm. 8 (2003). En 1636, Pedro Calderón de la Barca compuso El alcalde de Zalamea; en la tercera jornada, escena IX, Pedro Crespo manda prender al capitán don Álvaro de Ataide por el atropello que ha sufrido su hija, y éste exige:

Tratad con respeto…

A lo que Pedro Crespo, socarronamente, contesta (572-589):

Eso
está muy puesto en razón:

con respeto le llevad
a las casas, en efeto,
del concejo; y con respeto
un par de grillos le echad

y una cadena; y tened,
con respeto, gran cuidado,
que no hable a ningún soldado;
y a esos dos también poned

en la cárcel, que es razón,
y aparte, por que después,
con respeto, a todos tres
les tomen la confesión.

Y aquí, para entre los dos,
si hallo harto paño, en efeto,
con muchísimo respeto
os he de ahorcar, ¡juro a Dios!

Cosa que, en efecto, lleva a cabo el sagaz alcalde con la entusiasta aprobación del justiciero espectador o lector.