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Anagrama

Palabra o palabras formadas por la reordenación de las letras que constituyen otra u otras palabras; tiene, pues una función de ocultación, aunque no tanto que no pueda ser descubierta. Anagrama de Agustina es Angustias; anagrama de su mujer Isabel es por ejemplo la Belisa de Lope o Lesbia. El mismo Lope frecuentó este recurso para esconder a su amante Micaela de Luján como Camila (paragrama o anagrama imperfecto, también cultivado) o a sí mismo como Gabriel Padecopeo, en la edición de sus Soliloquios. François Rabelais publicó sus obras con el de Alcofribas Nasier. El procedimiento es más artificioso cuando se extiende a frases y así, por ejemplo, San Jerónimo tradujo pregunta de Pilatos y respuesta de Jesús con anagramas: Quid est veritas?Est vir qui adest. Con las letras de la heroína de la independencia colombiana Policarpa Salavarrieta puede construirse la frase “Iace por salvar a la patria” y con las de José de San Martín No te rindes jamás. Los griegos ya conocían este recurso: Licofronte transformó el nombre del faraón Ptolemaios en apomelitos, que significa miel.

Anagrama
de Luïsa
es ilusa y no la infama,
supuesto que el anagrama
no es definición precisa;
ya con el sujeto frisa,
ya es compuesto, ya neutral,
neutros son perla y peral;
ramo, amor; burla y albur;
conforman hurta y tahúr;
implican malsín sin mal. Juan de Salinas.

Cuando el anagrama es imperfecto por una letra, se denomina paragrama; por ejemplo, en la sustitución de reina por ruina de este ejemplo:

Su Majestad, la ruina de Inglaterra...

Constituyen paragramas que juegan también con diversas lenguas algunos que compuso Garcilaso, Salicio (ici Laso), anagrama de Garci Laso en francés; Nemoroso, por el contrario, es una alusión a Boscán (de nemorosus, ‘boscoso’ en latín).